DÍA 12
RAÍZ
PALIMPSESTO, de Lisa Wool-Rim Sjöblom. BARBARA FIORE (2019)
La búsqueda de la identidad es un argumento ciertamente recurrente en el movimiento de la novela gráfica; comprender el presente desde la genealogía o desde los condicionantes sociopolíticos del entorno es un ejercicio practicado de manera habitual y que, sin duda, ayuda a entender quiénes somos. Pero, qué sucede cuando tu origen y el pasado de tu familia es una hoja en blanco, cuando desconoces cuáles son tus raíces, cuando sientes que en parte, eres una gran desconocida para ti, o que jamás vas a poder rellenar ese inmenso vacío.
Palimpsesto, de Lisa Wool-Rim Sjöblom (Barbara Fiore) recoge el proceso de búsqueda de las raíces de su autora, una mujer criada en Suecia que fue dada en adopción desde Corea del Sur. Usar ese término como título me parece todo un acierto, pues ofrece una imagen muy evocadora sobre lo que la autora nos quiere contar. Un palimpsesto es un soporte de escritura que ha sido reutilizado. Esto es, una vez eliminado el texto que contenía, ha sido escrito de nuevo.
Así, a través de las viñetas asistimos a un viaje tanto íntimo como literal (a su Corea natal) para indagar sobre ese pasado que Sjöblom necesita conocer y por el cual se pone de manifiesto la opacidad de un sistema, el de adopciones, y las dificultades con las que se topan para acceder a información sobre sí mismos y su proceso, aquellos que son parte directamente implicada.
Se trata de relato doloroso, por la sensación de desamparo e impotencia que lleva implícitas, tanto para quien se asoma a sus viñetas como para la creadora. El lector no puede dejar de sentirse algo incómodo, pues hasta el momento de acercarse al relato de Sjöblom, es muy posible que viviera ajeno a ciertas realidades inherentes a una persona adoptada tanto de índole más personal como de carácter burocrático que la autora va, poco a poco, desgranando. La percepción es de infinita tristeza y todos los elementos del lenguaje del medio contribuyen a marcar el tono del relato.
La narración gráfica está pensada para dar visibilidad a una situación por la que muchos han pasado, pero también para compartir esa parte más personal ligada al sentimiento. El estilo gráfico es muy sencillo, pero la verdad es que no necesita de más, pues cumple perfectamente su cometido sustentando el proceso de labor de rastreo de la autora por Suecia y Corea del Sur. Los personajes de la trama (Lisa, su familia y las personas con las que se encuentran) son los únicos que admiten color en su tratamiento; los escenarios y demás elementos que aparecen en las viñetas se presentan en una suerte de tono ocre -claro dominador del cómic- que también tinta las cubiertas. El texto cobra peso en el cómic, no solo por los documentos que la autora incorpora sino también por las diversas cartelas informativas y de situación, y las notas aclaratorias en torno a organizaciones, noticias o detalles de la trama.
Este cómic, valioso testimonio, confirma la necesidad de todo tipo de relatos enunciados en primera persona. Han de ser los actores principales quienes hablen de sí mismos y de qué ha supuesto para ellos tal o cual situación; y la sociedad ha de posibilitar su existencia, tratando de que ninguna voz quede silenciada.
Comentarios
Publicar un comentario