DÍA 9 - TENSIÓN
FRANKENSTEIN ¡ESTÁ VIVO!, de Bernie Wrightson, Steve Niles y Kelley Jones. PLANETA CÓMIC (2019)
A principios del siglo XIX surge uno de
los iconos de terror de la cultura popular.
Mary Shelley concibió la figura de
Frankenstein, una criatura traída a la vida en circunstancias
antinaturales por el ser humano, en una velada que ya ha pasado a los
anales anecdóticos de la historia de la literatura. Gestado en pleno
Romanticismo, en Frankenstein o el moderno Prometeo se aprecian
factores definitorios de ese movimiento cultural, como la vívida
presencia de la naturaleza, el gusto por el terror y no perder de
vista los avances que se iban produciendo en la ciencia.
Literariamente es mucho más que una obra perteneciente al
Romanticismo que sigue leyéndose con fruición. Mucho más que una
obra con mil y un análisis, sobre todo en la disección del
verdadero monstruo. Mucho más que la génesis de uno de los
monstruos imprescindibles del imaginario colectivo. Mucho más que
carne de innumerables adaptaciones a otros medios.
Reconozco que de más pequeña me daba
pavor esa criatura a la que el doctor Frankenstein había dado vida
gracias a la aplicación de tensión eléctrica. Y no creo que fuera
la única. Las representaciones mentales al leer el libro, las
ilustraciones que se realizaban y las caracterizaciones de la
criatura (me resisto a llamarlo monstruo) en la gran pantalla o en
los escenarios, la de Boris Karloff por nombrar alguna, ayudaron
sobremanera a la consolidación y consenso del concepto de terror
psicológico en su iconografía.
Y si hablamos de terror en el noveno
arte, hay que nombrar a uno de los más grandes: Bernie Wrightson. El
dibujante de cabeceras emblemáticas como House of Mystery,
Creepy, Eerie o La cosa del pantano está
estrechamente ligado a la criatura del doctor Frankenstein, pues suya
es una de las ediciones ilustradas de la obra de Mary Shelley. De
bellísima factura, supone una verdadera obra maestra.
Frankenstein ¡Está vivo! (Planeta Cómic) supone el postrero trabajo de Wrighston.
Argumentalmente, esta miniserie guionizada por Steve Niles y
publicada en EEUU por IDW continúa la historia de Frankenstein allá
donde lo dejó la novela de Shelley, respetando ese sentido último
que le confirió la escritora. Cuatro capítulos en los que la
criatura se debate sobre el significado de la humanidad que el
dibujante, al que le llegó la muerte en 2017, no pudo acabar. Con
una fidelidad exquisita a los bocetos que Wrighston dejó (y que se
incluyen en la edición que ha publicado Planeta en nuestro país,
junto a dibujos a lápiz y la transcripción de una conversación
entre Niles y Wrighston sobre Frankenstein), Kelley Jones cogió las
riendas de los lápices para realizar el cuarto capítulo. El manejo
del blanco y negro y de la iluminación, la atención a los detalles,
las composiciones de páginas y el fluir de una narración que
conlleva un intenso debate emocional que encontramos en este tebeo no
hacen sino constatar por qué Bernie Wrighston es una de las excelsas
figuras creativas y conceptuales en el cómic.
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