DÍA 12 - INFUSIÓN
EL GUSTO DE EMMA, de Emmanuelle Maisonneuve, Julia Pavlowitch y Kan Takahama. PONENT MON (2018)
Siempre
he pensado que alguien que se dedica profesionalmente a la crítica
gastronómica, visitando hoy un restaurante aquí y mañana una casa
de comidas en la otra punta del país, probando infinidad y variados
platos, elaborados con mayor o menor acierto, en más de una ocasión
debe de acabar la ingesta solicitando una infusión para intentar
digerir lo que acaban de tomar.
Independientemente
de tener que superar unas exigentes pruebas, es indispensable contar
con cierta curiosidad, con un excelente paladar capaz de apreciar
cada ínfimo detalle y considerar el acto de la elaboración y
preparación de alimentos algo más que un mero trámite nutricional
y de subsistencia. Porque supongo que, de otra manera, sería una
tortura aguantar los frecuentes viajes, la ausencia de la comida
casera y el cambiar cada día de establecimiento.
La
pequeña pantalla ha puesto de moda todo lo relacionado con la cocina
(muchos niños ya sueñan con ser cocineros) y nos ha familiarizado
con terminología, procesos y saber hacer. La crítica gastronómica
podría considerarse un aspecto que en cierto modo discurre paralelo
envuelto en un aura de misterio. ¿Cómo se otorgan las distinciones
gastrónomicas? ¿Qué criterios inciden a la hora de valorar las
comidas y los establecimientos? ¿Cuál es la metodología de trabajo
que siguen esos críticos de la buena mesa?
En
El gusto de Emma (Ponent Mon)
descubrimos los entresijos de una de las guías gastronómicas más
importantes y prestigiosas del mundo: la Guía Michelin. A partir de
la experiencia de una de sus inspectoras, nos adentramos en un mundo
de valoraciones y pasión por la comida. La narración está basada
en las vivencias de Emmanuelle Maisonneuve (fue una de las primeras
mujeres en obtener dicho puesto), que firma el guión junto a la
Julia Pavlowitch. Una apasionada de la cocina que ha estado varios
años al servicio de Michelin y que ha viajado al continente asiático
buscando y descubriendo la materia prima de los platos. En sus
viñetas descubrimos que ser mujer y joven es un hecho que pone
alguna que otra traba en su camino. Pero ya no solo de carácter
laboral (un entorno con algún gesto machista), sino en su propio
ámbito personal y familiar (incomprensión ante profesionalizar una
pasión y los sacrificios que ello implica). Por ello este cómic es
doblemente interesante: por abrir las puertas a un mundo desconocido
para muchos y por enriquecer dicha visión presentándolo en a partir
de las peculiaridades de una realidad concreta. Este testimonio se
nos presenta en un formato manga a todo color, obra de Kan Takahama.
Unos trazos que nos transmiten muy vivas las emociones de los
personajes y que representan los diferentes enclaves de los viajes de
Emma y las apetitosas apariencias de los platos que degusta, en unos
escenarios y objetos que traslucen la sombre de realidad.
Un cómic
interesantísimo que trasciende la comida y que supone un viaje, en
muchos sentidos, iniciático y de encuentro consigo misma.
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