DÍA 10 - CASTIGO
TODO PARACUELLOS, de Carlos Giménez. DEBOLSILLO (2016)
Por fin he saldado
cuentas con Carlos Giménez tras la lectura (por fin) de Paracuellos.
Entró en mi casa como uno de esos regalos “interesados”. Vamos,
que le regalé a mi padre Todo Paracuellos, la edición conmemorativa del 40
aniversario de su publicación para que el conjunto de miembros del
núcleo familiar pudiésemos disfrutar de lo que me parece una
fabulosa y certera crónica histórica y social de lo que fue este
país durante la dictadura de Franco. 600 páginas que recogen los 6
álbumes publicados entre 1976 y 2003 y que conforman una suerte de
memoria colectiva de los niños que vivieron en estas instituciones
asistenciales. El propio Carlos Giménez fue uno de esos niños allí
internos. Su experiencia es la del Hogar Batalla del Jarama, también
conocido como Paracuellos. Los diferentes episodios de los que se
compone la serie ofrecen no solo las vivencias del historietista
madrileño en sus años en Paracuellos (que sirve de título al
conjunto de la obra), sino también las de los que otrora también
fueron niños residentes en cualquiera de los otros que hubo
repartidos por el territorio. Carlos Giménez se las ha apropiado
ofreciéndolas bajo una unidad narrativa ficcionada con una base
totalmente real. Lo cierto es que la sencillez del trazo que
caracteriza a Carlos Giménez y los juegos de blancos y negros con
los que se maneja ofrece un emocionante relato sobre la inocencia
robada a toda una generación. Es imposible no empatizar y comprender
las razones que llevaban a esos niños a actuar mostrando tal amplio
espectro de sentimientos y actitudes. La candidez, los rigores de una
disciplina férrea, los momentos de asueto, la fuerza de la amistad,
el abuso de poder y de la superioridad, el instinto de supervivencia,
la alegría del reencuentro con los familiares en el día de visitas,
carencia de cariño, la pasión por los tebeos (magnífico homenaje a
las historietas de la época, que hicieron soñar a tantos y tantos
críos en la época)… Todo ello es reflejo a menor escala de lo que
sucedía tras los muros de aquellos centros, en ese preciso momento
histórico.
Paradigma de la
sanción. Dura condena para unos niños que no podían estar con sus
familias, bien porque habían perdido a sus padres o porque sus
progenitores no podían hacerse cargo de ellos debido a razones muy
heterogéneas. Reprimendas verbales y físicas continuadas en el
trato diario. Solo los conozco por los testimonios escritos, pero
esos llamados Hogares de Auxilio Social se me antojan lugares de
auténtico castigo para miles de niños que, en los años de la
dictadura, tuvieron que vivir entre sus paredes.
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